Si bien el estrato córneo (SC) ya está presente al momento del nacimiento, es delgado y luego como parte de las adaptaciones al medio extrauterino, con el paso de los meses a lo largo de la infancia va ganando espesor, cambia su capacidad de hidratación y de acidificación3. En los niños el SC y la epidermis suprapapilar son en promedio 30% y 20% más delgados, respectivamente. Igualmente, comparada con la piel de los adultos, sus corneocitos y sus queratinocitos son más pequeños4. En función de esta inmadurez, se considera de fundamental importancia prestar mucha atención a la implementación de rutinas adecuadas del cuidado de la piel como factor preventivo para los problemas dermatológicos de la infancia5, 6. Una limitante reconocida en este campo es la escasez de evidencia robusta en lo que respecta a publicaciones relacionadas con el cuidado de la piel del paciente pediátrico5.
Reacciones cutáneas en el paciente pediátrico y el rol de la piel como elemento de barrera
La piel de los niños tiene una serie de características que la diferencian de la del adulto, tanto desde un punto de vista cualitativo como en lo que respecta a su conformación estructural 1 – 4 (Tabla 1 y Figura 1 [3]).
En ese sentido, para los seres humanos el rol principal de la piel es proveer una barrera que prevenga eventos como la infección, la pérdida de agua del cuerpo y la penetración de elementos irritantes y/o de alérgenos3, 5, pero la barrera epidérmica en los niños está menos desarrollada que en los adultos3, 4, 6. Se ha llamado la atención sobre la necesidad de aumentar el reconocimiento sobre el papel de barrera de la piel tanto en el sentido físico como inmunológico, así como la vulnerabilidad en las etapas tempranas de la vida en función de su inmadurez3. Elementos como la integridad de la piel y el balance de su pH son cruciales para lograr las funciones de barrera de la piel de forma exitosa5.
Como muchas otras estructuras del organismo humano, la piel también refleja un proceso de maduración desde el nacimiento hasta alcanzar una composición histológica más definitiva, que se va a mantener relativamente estable a lo largo de los años hasta la adultez4, 6.
La función de barrera de la piel y el estatus de su hidratación se consideran factores interdependientes. Este último está altamente influenciado por la organización y la composición de la matriz intercelular de lípidos, así como por los factores de hidratación naturales o endógenos (compuestos por elementos higroscópicos contenidos exclusivamente en el estrato córneo) y por la longitud del camino de permeación a través de este estrato córneo.
En la otra dirección, el contenido hídrico de la piel influye sobre la función de barrera de ésta al regular la actividad de enzimas hidrolíticas involucradas en la maduración del estrato córneo y la descamación de los corneocitos4. Otros factores que determinan la homeostasis de la barrera de la piel y la integridad del estrato córneo son el pH cutáneo y la concentración de calcio4. Por otro lado, factores externos que influyen sobre los elementos mencionados (particularmente por acción de aceleración o ralentización en el recambio / descamación de corneocitos) son los cambios en el pH dérmico local y, desde el punto de vista ambiental, la humedad y temperatura4.
Dado que la humedad de la piel es un factor que interviene en la transferencia de elementos potencialmente tóxicos7, es importante tener en cuenta las diferencias en este aspecto entre la piel de los adultos y la de los niños. Bajo condiciones fisiológicas, la piel de los niños está mejor hidratada que las de los adultos4. Estudios espectroscópicos confocales de tipo Raman realizados in vivo han mostrado que los bebés y niños pequeños (hasta los 33 meses) en efecto tienen un mayor contenido de agua en todo el estrato córneo de la piel (SC) en comparación con los adultos3.
Esto se observa aún a pesar de que los niños tienen una menor concentración de factores humectantes naturales. Características de la piel del niño, como su capacitancia, la pérdida y absorción transepidérmica de agua han mostrado valores consistentemente más altos a lo largo del primer año de vida, al comparar a los bebés con niños mayores (hasta 4 años de edad) y en particular al compararlo con los adultos3. Ocurre igual con la absorción percutánea de elementos como los productos de higiene y protección corporal que es mayor en los niños que en los adultos3, 4.
Las manifestaciones exantemáticas en pediatría pueden ser de diversos tipos, así como tener etiologías variadas. Más allá de los factores etiopatogénicos de tipo microbiológico (es decir los exantemas de origen viral y bacteriano) que son las causas más comunes de exantemas en la infancia8, también los puede haber derivados de factores de tipo exposicional5. En la dermatitis de contacto, por ejemplo, el paciente presenta la reacción cutánea puntualmente frente a elementos de origen externo, mientras que en el eczema atópico o dermatitis atópica (AD) los factores externos (como jabones o detergentes fuertes) estarán interaccionando con otros elementos de tipo intrínseco (variantes en genes relacionados)5. Es así como numerosos productos de consumo masivo (incluyendo los relacionados con hábitos de higiene diaria) han sido identificados como elementos relevantes para el desarrollo de dermatitis de contacto7 en individuos susceptibles.
Por ejemplo, se evidenció a través de cristalografía de rayos X como el farnesol, un compuesto usado con frecuencia como fragancia en los productos de cuidado personal, penetra profundamente hundiéndose en el interior de CD1a cuya estructura es similar a la de túnel. Este proceso involucra el desplazamiento de las moléculas de lípidos más grandes que generalmente se encuentran a ese nivel. Cuando se encuentran en su disposición normal, estos lípidos sobresalen en la superficie de la proteína CD1a. Los autores mencionan que estos hallazgos explicarían cómo químicos comunes en los productos de cuidado personal pueden activar directamente a los LT9.
Otra de las sustancias químicas contenidas en productos de cuidado personal, capaces de inducir una reacción inmunológica fue el bálsamo de Perú, usado en cosméticos y crema de dientes. Análisis más detallados durante la investigación revelaron que elementos químicos como el Benzil benzoato y el Benzil cinnamato, contenidos en este aceite vegetal fueron los responsables de estimular a los LT9.
Los productos de limpieza de la piel del bebé de buena calidad han sido específicamente formulados para contener elementos surfactantes no iónicos y anfóteros que se conglomeran formando micelas más grandes. Este sistema tensoactivo de micelas grandes resulta en productos de limpieza para el bebé más suaves ya que las micelas más grandes tienen menos probabilidades de penetrar en la piel y de inducir disrupciones en la función de barrera protectora de la piel6.
En función de las características mencionadas y teniendo en cuenta que una piel excesivamente seca puede y suele conducir a disrupción de la barrera cutánea (e incluso a infecciones), uno de los objetivos primordiales de la loción humectante para bebé es conservar, proteger y mejorar esta función de barrera en la piel del bebé. Al suministrar agua y lípidos al estrato córneo mediante su acción emoliente, crea una barrera protectora en la piel del bebé que busca limitar la pérdida de agua desde la misma. De hecho, ya desde hace algunos años se ha recomendado dentro de las rutina de limpieza de los niños la aplicación de emolientes para mejorar y mantener la barrera de la piel2, 4, 10. Adicionalmente, en la actualidad ya se han publicado estudios clínicos que avalan la superioridad de la asociación de productos de limpieza en comparación con el agua sola (en ese caso enjuague líquido suave para bebés + loción vs. agua + loción vs. solo agua) en términos del estado de la piel de lactantes menores (0 a 6 meses)6.
Los productos de cuidado del bebé humectantes son agentes de uso local con capacidad hidratante que incrementan el contenido hídrico del SC, generando una piel que se siente y se ve más suave. Los ingredientes clave en este tipo de producto son:
La consejería y educación a los padres sobre el cuidado de la piel de sus niños con AD resultan esenciales para lograr buenos resultados en el manejo8, ya que son patologías que típicamente se asocian a grados variables de estrés y ansiedad tanto para el paciente como para su familia. En este sentido para estos pacientes se recomienda frecuentemente el uso extensivo de emolientes como parte de las rutinas de cuidado diaria de la piel. Además, se debe evitar el contacto con cualquier factor desencadenante que podrían exacerbar las manifestaciones patológicas dérmicas, como baños calientes frecuentes, exposición a clima frío, uso de detergentes fuertes y productos con fragancias adicionadas. Si bien el ajuste de los productos de cuidado de la piel está recomendado en pacientes con AD, aumentando las medidas emolientes4, cuando se observan rebrotes intensos de las lesiones en los niños, se ha demostrado que éstos pueden ser insuficiente para el manejo de los casos. Por este motivo se suele recomendar la administración tópica de corticoides en estas situaciones8.
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En JOHNSON’S® estamos 100% comprometidos con la salud de los bebés y niños, es por esto que desarrollamos fórmulas con más del 90% de ingredientes de origen natural* con 0% colorantes, parabenos y sulfatos.
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JOHNSON’S® recomienda el uso frecuente de rutinas adecuadas para el cuidado de la piel del recién nacido, por eso desarrolló la rutina de 2 pasos con la Línea JOHNSON’S® Recién Nacido, hechas con 100% puro algodón
* Estudio a HCP realizado por IQVIA. Abril 2019
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Paso 1: Para fortalecer el vínculo con el bebé realicé un baño tibio acompañado de Baño Líquido JOHNSON’S® Recién Nacido, su composición suave permite que el líquido se convierta rápidamente en una espuma aterciopelada, fácil de enjuagar y que no deja residuos en la piel.
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Paso 2: Para estimular el sistema inmune, el flujo linfático y la relajación muscular13 masajee la piel haciendo movimientos suaves con Crema Líquida JOHNSON’S® Recién Nacido, su fórmula hidratante a base de agua está hecha con algodón natural para una piel humectada.
Adicional el correcto desarrollo de las rutinas, pueden actuar como factor preventivo para alteraciones en la piel durante la infancia5,6. Para cuidar la piel de los bebés sugiera la rutina de 2 pasos con Baño Líquido JOHNSON’S® Recién Nacido y la Crema Líquida JOHNSON’S® Recién Nacido.
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Paso 1: Para limpiar el cuerpo, utilice una pequeña cantidad de Baño Líquido JOHNSON’S® de la cabeza a los pies, espárzalo con su mano en todas las zonas, para remover hasta el 99.9% de las bacterias*, además contiene glicerina que, junto con otros ingredientes de la formulación, ayuda a hidratar y proteger la piel de la resequedad.
* Sin acción terapéutica. Estudio realizado con la bacteria Escherichia Coli, comúnmente encontrada en la piel y que puede causar enfermedades
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Paso 2: Para estimular el sistema inmune, el flujo linfático y la relajación muscular13 masajee la piel haciendo movimientos suaves con Crema Líquida JOHNSON’S® Recién Nacido, su fórmula hidratante a base de agua está hecha con algodón natural para una piel humectada.
Material exclusivo para profesionales de la salud. Prohibida su reproducción
* Estudio a HCP realizado por IQVIA. Abril 2019
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