¿Cuándo bañar a mi bebé recién nacido?

Hacer de la hora del baño un momento mágico entre los padres o cuidadores y el bebé es vital para mantener la conexión y crear recuerdos invaluables. Por eso, te recomendamos elegir un baño líquido JOHNSON’S^® que se adecúe a las necesidades de tu hijo, mientras le brinde la efectividad necesaria en su limpieza.

Esto tarea puedes sentirla como un gran evento, y es que, en realidad, lo es. Es un momento especial, lleno de ternura, pero también requiere una cuidadosa preparación para asegurarte de que todo transcurra de manera segura y placentera tanto para ti como para tu pequeño. Lo primero y más importante es tener a mano todo lo necesario antes de comenzar. Piensa en pañales, una toalla suave, un jabón suave para bebés, algodón, un paño limpio y, por supuesto, un balde o bañera pequeña. Ahora, hablemos sobre cómo bañar a un bebé recién nacido. El ambiente es un aspecto fundamental. Asegúrate de que la habitación esté calentita, eliminando corrientes de aire que puedan enfriar a tu bebé. Asegúrate que el agua esté tibia, idealmente alrededor de los 37 grados Celsius, esa es la temperatura corporal normal para bebés de 0 a 2 años. Este es un paso crucial para garantizar la comodidad y seguridad de pequeño. Recuerda, la seguridad es primordial: nunca dejes a tu bebé solo en el agua, ni siquiera por un instante.

Cuando se trata de bañar a un bebé recién nacido, asegurarse de que el agua tenga la temperatura adecuada es crucial. No solo es una cuestión de comodidad, sino también de seguridad. La piel de tu bebé es delicada y más susceptible a quemaduras que la de un adulto, por lo que la temperatura debe ser precisa. Para verificarla, puedes usar un termómetro de baño, que es la forma más segura y eficaz. Idealmente, el agua debe estar a unos 37 grados Celsius, que es aproximadamente la temperatura corporal. Si no tienes un termómetro a mano, utiliza el codo o la parte interior de tu muñeca para sentir el agua, estas áreas son más sensibles al calor que tus manos. El agua debe sentirse tibia, no caliente. Si tienes dudas, siempre es mejor optar por un poco más fría que caliente.

Comprender cómo bañar a un bebé recién nacido es una habilidad esencial que los nuevos padres y cuidadores deben aprender. Aunque puede parecer una tarea desconocida e imponente al principio, con práctica y siguiendo los pasos adecuados, te convertirás en un experto.

¿Cuándo se usa?:

Se recomienda para los recién nacidos hasta que el muñón del cordón umbilical se cae y sana, lo cual suele ocurrir en las primeras semanas de vida.

¿Cómo se hace?:

Durante un baño de esponja, el bebé se mantiene seco y abrigado, usualmente acostado sobre una superficie plana y cómoda, como un cambiador cubierto con una toalla. Solo se expone y limpia una parte del cuerpo a la vez usando una esponja o paño suave humedecido con agua tibia y, si es necesario, un jabón para bebés. Es importante asegurarse de que el bebé no se enfríe y secarlo suavemente después de limpiar cada área.

¿Cuándo se usa?:

Una vez que el muñón del cordón umbilical se ha caído y curado, se puede comenzar a dar baños tradicionales.

¿Cómo se hace?:

En un baño tradicional, el bebé se sumerge parcialmente en una bañera para bebés con agua tibia. Es importante sostener al bebé de manera segura en todo momento, empezando por limpiar la cabeza y luego el cuerpo. Se usa un paño suave y jabón especial para bebés para limpiarlo. Al igual que con el baño de esponja, se debe tener cuidado de no dejar al bebé demasiado tiempo en el agua y de mantenerlo calentito durante todo el proceso.

Escoge toallas de algodón o materiales suaves para no irritar la piel del bebé. En lugar de frotar su piel, especialmente en áreas delicadas, se recomienda secar con palmaditas suaves. Es importante tratar con cuidado la piel al lavar y al secar para no dañar su capa superficial. Frotar demasiado fuerte puede ser perjudicial, así que lo mejor es realizar palmaditas suaves para secar. Asegúrate de secar cuidadosamente todos los pliegues de la piel para evitar la humedad, que podría causar irritación o infecciones.

Opta por ropa de algodón o tejidos similares que sean suaves y permitan la transpiración. Elige prendas que se ajusten bien al cuerpo del bebé sin ser demasiado apretadas u holgadas. Utiliza ropa que sea sencilla de manejar, especialmente para cambios rápidos y cómodos.